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petak, 21.04.2017.

Acampada en la playa

Mi marido Oriol, mis hijas Marta y Cristina, de 6 y 8 años, y yo, Isabel, habíamos ido a pasar un fin de semana de Junio a acampar en una playita recóndita, de muy difícil acceso. Llegamos por mar con una zodiac. Llegar por tierra era muy difícil, como mínimo dos horas caminando. Por lo tanto era una playita que casi siempre estaba desierta, en julio y agosto podía llegar alguien, casi siempre en barco, y se iba al poco rato, pero en junio nunca nos habíamos encontrado con nadie.

La playa tiene unos 50 metros de largo, en uno de los lados detrás de unas piedras hay otra calita de 15 metros de largo.

A esta playa veníamos Oriol y yo desde hacía muchos años, primero sin niñas y después cuando nacieron Marta y Paula con ellas. Normalmente cuando veníamos nos quedabamos a dormir, por lo que veníamos cargados con todo lo necesario.

Este fin de semana, el cual os estoy relatando, veníamos a pasar dos noches, por lo cual al llegar lo primero que hicimos fue montar la tienda, detrás de la arena de la playa hay una pineda, sobre un suelo arenoso.

Como siempre estabamos solos, nos habíamos acostumbrado a ir siempre desnudos, salvo que la climatología no lo permitiera. Este fin de semana como iba a ser muy calido, y como con la zodiac salíamos desde nuestra propia casa, toda la ropa de vestir que llevábamos era un pañuelo grande (un pareo) cada uno, y las toallas para la playa.

Al principio cuando veníamos sin niñas solíamos follar en la arena con las olas rompiendo sobre nuestros cuerpos, no es que Oriol folle bien, entre nosotros no es una maravilla, no le pidas dos seguido, se corre rápido, tiene una polla mas bien tirando a pequeña, 12-13 cm. Pero le quiero, es el padre de mis hijas, y los quiero a los tres muchísimo. A pesar de lo que os he contado de él, siempre le había sido fiel desde que salíamos juntos. Si me quedo a medias, casi siempre, o él no está para follarme, me masturbo, con mis dedos, algún objeto o un pollón de latex negro y muy grande que fuimos juntos a comprar como regalo de cumpleaños. El acepta sus deficiencias y acepta que me masturbe, no aceptaría que me acostara con otro, cosa que no pienso hacer.

Antes de salir con él tuve varios novios, que follaban todos mucho mejor que Oriol, yo disfrutaba del sexo, me encantaba, cuando estaba con mis novios intentaba follar con ellos todo lo que pudieran aguantar, en su coche, en mi casa en la suya, en un portal, en la playa. Algunos me dejaron porque decían que los agobiaba mucho con el sexo, que parecía una ninfómana, nunca tenía bastante. Pero con el último novio que tuve antes de salir con Oriol fue diferente, se llamaba Javi, empezamos igual que con los anteriores, la diferencia es que a este si le iba esta marcha, estaba perfectamente dotado, su polla era de unos 20 cm. y muy gorda, siempre dura. Habíamos follado en mitad de la calle en un banco, bailando en mitad de la pista de discoteca llena hasta los topes, pero un día se acabo todo. Me llevó con el coche a un descampado, igual que otras muchas veces habíamos hecho, aquí follábamos dentro del coche, pero sabíamos que siempre había mirones, escondidos entre los arbustos, el hecho de ser observada nos excitaba mucho más.

Pero esta vez fue diferente, una vez estabamos desnudos en el coche y ya me había calentado a tope con sus caricias, Javi me dijo que saliéramos fuera, que me quería follar fuera, de pie, al lado del coche, inicialmente no me pareció bien la idea, aunque como iba un poco más bebida que de costumbre (habíamos ido a cenar y él se preocupo de que bebiera un poco más de la cuenta), accedí rápido. Salimos fuera desnudos y fuimos a la parte trasera del coche, empecé agachándome y haciéndole una buena mamada, de reojo miraba hacia los arbustos, era noche de Luna llena y se veía con bastante claridad. Observe varias formas moviéndose, conté lo menos 5 o 6 mirones, igual que otras noches que habíamos venido, a pesar de ello seguí con la mamada, concentrándome en Javi y disfrutando del exhibicionismo que estábamos dando . Javi me hizo levantar, haciendo que me apoyara con las manos sobre la puerta trasera del coche, hizo un gesto para que me esperara un momento y fue a buscar algo al interior del coche, al momento volvía con un pañuelo y una sonrisa en los labios. Al llegar detrás mio, me dijo "Hoy vas a disfrutar como ningún día hasta ahora", y me tapó los ojos con el pañuelo, anudándolo fuerte en mi nuca. Yo no me resistí, me deshacía de placer por el morbo de la situación, me dejaba hacer, el mínimo contacto de su mano en mi piel hacía que todo mi cuerpo notara como pequeñas descargas eléctricas.

La excitación de estar follando en público, junto con lo bien que lo estaba preparando Javi, me hacía presagiar un polvo espectacular y difícil de olvidar. Yo seguía apoyada en el coche dándole la espalda, desde atrás mio, me metió su pollón, que entró sin el más mínimo esfuerzo, yo a estas alturas estaba mojadísima, mi coño destilaba jugos que caían por mis muslos. Con las manos no paraba de excitar mi clítoris y de pellizcarme los pezones con un sadismo que hasta ese momento no había utilizado. Notaba como si su polla fuera más grande de lo normal, me notaba más llena, lo cual me proporcionaba un placer adicional. No paraba de penetrarme a un ritmo frenético, él estaba consiguiendo lo que buscaba, excitarme al máximo.

Estaba a punto de tener un orgasmo, follaba acelerando los movimientos de cadera para llegar al orgasmo lo antes posible, a la vez que él seguía acelerando el ritmo sobre de su dedo sobre mi clítoris, y el bombeo de su polla en mi chorreante coño. Al poco me corría, como siempre hago, con grandes gemidos y un gran y largo chillido final. Él siguió unos minutos más con sus acometidas, haciendo que me volviera a correr con el escándolo habitual mio.

Después de este segundo orgasmo que tuve, él seguía sin dar muestras de ir a correrse, normalmente Javi aguantaba mucho, pero esta vez se estaba superando. Yo seguía con el pañuelo tapándome los ojos, me estaba gustando la experiencia, follando en un descampado, con un montón de mirones cerca, y yo con los ojos tapados.

Sacó su polla de mi coño, y me dirigió hacia la parte delantera del coche, yo me deje llevar, me puso boca arriba sobre el capó del coche, que por suerte, debido al motor, estaba calentito, y volvió a meterme la polla en el coño, yo quería más, aunque llevaba dos rogasmos, la excitación del momento me hacían desear más y él lo estaba hacinedo mejor que nunca. Volvió a follarme duro, a la vez que me comía las tetas, y me mordia los pezones. Los pezones los notaba doloridos debido a los pellizcos de antes y a los mordiscos de ahora, pero era mayor el placer que estaba recibiendo que el dolor de los pezones. Al cabo de unos minutos, noté que él estaba ya a punto, por los resoplidos y la forma de aumentar el ritmo. La posición esta en la cual me estaba follando no favoreció que tuviera otro orgasmo, a pesar de eso disfruté como una zorra. Al momento inundó mi coño de leche, a la vez que me propinaba un mordisco muy duro sobre mi pezón derecho, que me hizo chillar de dolor. Debido al dolor que sentía sobre mi pezón, me quité el pañuelo que llevaba para pedirle explicaciones por semejante mordisco, y el susto que me dí fue enorme, tenía encima mio un negrazo, que seguía mordiéndome el pezón y seguía follándo mi inundado coño.

Javi estaba unos metros atrás observando, al igual que unos ocho tíos más que estaban masajeándose sus pollas.

Javi me dijo "Te ha gustado puta, como eres una ninfómana he invitado a estos señores, que normalmente ven como follas, para que te follen y hagan lo que quieran contigo".

Me quite de encima el negrazo que aún tenía su polla dentro de mi coño, y intente escapar hacia el interior del coche, pero el negro me cogió impidiendo que huyera. Mientras, Javi habría el maletero y sacó una manta, la estiró en el suelo, me cogió del pelo, y me tiró al suelo sobre la manta. Me dijo "Eres una puta, la semana pasada te deje el coche porque lo necesitabas para ir a la universidad, pues que sepas que sé que te estuviste follando en mi coche a un colega tuyo de la universidad. No solo follas con otro, además lo haces en mi coche. Hoy vas a recibir una reprimenda de la que nunca te vas a olvidar".

Después de ésto me dijo "Quiero que te masturbes ahora hasta que te corras, quiero que estos señores disfruten viendo lo puta que eres y lo bien que te lo pasas siendo observada", yo no hice ni dije nada, solamente los miraba. Me soltó un bofetón y me dijo "empieza ya que queremos ver como gimes y chillas". No tuve otro remedio y allí en medio de todos ellos comence a tocarme, al principio no conseguía ningún placer, ante lo cual me volví a llevar otro bofetón a la vez que me decía "queremos ver y oir como te corres". Entonces para evitar que me pegara más, opté por cerrar lo ojos y concentrarme en algo que me pusiera. Pensé en el polvazo que me había metido el negrazo hacía unos minutos con su enorme polla, poco a poco me fui entonando, y mientras con una mano me masturbaba con la otra masajeaba mis tetas, pellizcándome los pezones. Seguía con los ojos cerrados, al final conseguí abstraerme de donde estaba y pensando en la polla del negro me corrí con grandes gemidos y chillidos delante de ellos.

Javi no satisfecho todavía me ordeno que le comiera la polla, tuve que hacerlo ante la amenaza de soltarme otro bofetón, yo veía alrededor nuestro a 1 metro de distancia los tíos que no conocía de nada pollas en mano esperando su turno. Hubiera deseado irme, en esos momentos me moría de vergüenza. Después de que me follara un rato por la boca y de aguantar un montón de insultos, me ordeno que me pusiera a cuatro patas, que me iba a romper el culo. Yo inicialmente me negue, era virgen por el culo, no había dejado a ninguno de mis novios darme por el culo, ni me había comido su leche. Javier era un tema en el que insistía mucho pero siempre había respetado mi negativa. Como me negue todo lo que gane fue llevarme un par de buenos bofetones, por lo tanto tuve que obedecer y ponerme a cuatro patas. Javier sin miramientos y sin dilatarme el ano, apoyo su enorme polla en mi ano y empezo a empujar con todas sus fuerzas cogiéndome de las ingles para poder hacer más fuerza, después de muchos empujones el agujero empezó a ceder y fue tragando poco a poco su enorme tranca. Yo hacía esfuerzos por intentar relajar el esfinter para favorecer la enculada, intentando evitar daños mayores. Al final Javi consiguió su objetivo meter toda su polla en mi culo, una vez la tuvo metida y me dio un par de acometidas me obligó a que fuera yo con golpes de cadera quien imprimiera un rápido mete y saca hasta que él se corriera en mi culo, cuando notaba que bajaba el ritmo me daba fuertes palmadas en las nalgas. Finalmente se salió con la suya y se corrió dentro de mi culo, siendo yo quien imprimia el movimiento.

No conforme con todo esto sacó la polla de mi culo con restos de semen, mierda y sangre, y me hizo limpiársela con mi boca y lengua, al acabar de limpiársela me dieron arcadas y vomité todo lo que tenía en el estómago.

Javi ya estaba satisfecho y tenía la esperanza que habría acabado el castigo y podríamos irnos de este sitio, pero no, se subió al coche, y les dijo a los otros hombres que hicieran conmigo lo que quisieran, que era una ninfómana y que podría con todos. Arrancó y se fue, dejándome allí desnuda con aproximadamente diez hombres. Todos me violaron por todos mis agujeros, de uno en uno, de dos en dos, de tres en tres, tuve que chupar sus sucias pollas, y soportar que se corrieran en mi boca, cara, tetas, culo, coño, me mordieron los pezones, dejándomelos ensangrentados, me mordieron el clítoris, el negrazo que había sido el primero en follarme y que tenía un pollón mas grande que Javi, también me dio por culo haciéndome el agujero todavía mas grande. No consiguieron sacar de mi ni un solo gemido de placer. Finalmente uno me llevó a mi casa, pero no gratis, tuve que follármelo en el coche delante de mi casa y beberme toda su leche, como pago a traerme a mi casa. Tuve que entrar desnuda en mi casa, por suerte no me vió nadie. Tuve suerte no cogí ninguna enfermedad venérea, ni SIDA, solo cogí ladillas, tarde varias semanas en recuperarme del desgarro anal, tuve cardenales durante muchos días, y mi coñito estuvo dolorido un par de semanas.

No denuncié nada a la policía, ni volvi a ver a Javi nunca más. No he vuelto a practicar sexo nada mas que con mi marido Oriol y yo sola masturbandome. Hecho de menos a veces, una buena polla y un buen polvo, pero me aguanto y me conformo con lo que tengo, el castigo fue duro y no quiero volver a pasar por nada parecido. Oriol no sabe nada de todo esto, lo único que le conte es que había tenido dos pequeñas relaciones sexuales con un antiguo novio, y nada mas.

Ahora tengo 34 años, hace 10 estoy casada con Oriol, y la vida nos va muy bien. Hago mucho deporte y sigo teniendo un cuerpo envidiable, con unas buenas tetas.

Bueno como os contaba era viernes por la mañana y acabábamos de llegar a la playa, montamos la tienda y nos organizamos para estar allí hasta el domingo por la tarde. Tal como ya os había contado estaba previsto muy buen tiempo y no nos llevamos nada de ropa para estos días, por lo tanto los cuatro estabamos constantemente en pelotas. Esto de ir desnudos todo el día me calienta bastante, y voy casi todo el día muy mojada, y como Oriol no es ninguna máquina y además se corre rápido, y cuando se corre ya no le pidas que te haga un cunnilingus ni un trabajito manual, no es raro pillarme masturbandome, además sigo siendo igual de ruidosa que era al conseguir el orgasmo.

Después de comer, estábamos los cuatro tumbados bajo una sombra en nuestras toallas descansando, la suave brisa que había, la tranquilidad que se respiraba, el murmullo de las olas, hizo que me fuera calentando y mi rajita se fuera humedeciendo. Observe que Marta y Cristina se estaban quedando dormidas, todavía me moje más al pensar que si se quedaban dormidas podríamos hechar el primer polvo del fin de semana. Tenía mis dedos en mi rajita mientras observaba a las niñas como se estaban quedando dormidas. Al poco rato se habían quedado dormidas, pense que tocaba follar un poco, me doy la vuelta para buscar a Oriol, y me lo encuentro dormido. Cualquier otra mujer hubiera despertado a su pareja, pero yo conocía a Oriol y solo hubiera conseguido enfadarlo, por lo cual tenía que esperar a ver si se despertaba antes que sus hijas.

No era nuevo en mi encontrarme sola con ganas de sexo, opté por satisfacerme yo misma, allí tumbada entre mis hijas y mi marido continué con mis dedos en mi rajita, pero ahora el objetivo no era calentarme sino satisfacerme. Mis dedos aumentaron su ritmo en mi rajita, dedicándose sobre todo al clítoris, los dedos de la otra mano me los humedía en la boca y pellizcaba suavemente mis pezones. Tenía para mi mucho morbo y me era muy excitarme masturbarme al aire libre y si tenía gente cerca, aún más. Empezaba a estar como un volcán a punto de estallar, mi clítoris estaba muy sensible y no le daba tregua, tenía los pezones durísimos, y notaba que me quedaba muy poco para tener un orgasmo, en el último momento antes de llegar al orgasmo tuve que parar entre gemidos, ya que si hubiera llegado al orgasmo podría haber despertado alguna niña o a Oriol con mis chillidos. Toda yo estaba temblando y sudorosa. Me había quedado a medias pero estaba dispuesta a acabar lo que había empezado.

Me levanté sin hacer ruido y me fui a buscar entre mis cosas una enorme polla negra de latex con base y dos bolas, que llevaba para estas ocasiones. Me recordaba a la polla del negrazo que sustituyó a Javi y que me hizo tener dos orgasmos sin sacarla, era el único buen recuerdo que tenía de aquel día. Con la polla en la mano me fui a la arena, al lado de donde rompían las olas, allí podría seguir sin problemas de despertar a nadie. Seguía mojada y por el camino no paraba de tocarme, al llegar al lado del agua, empecé a meterme el pollón en el coño, las bolas que lleva la polla de latex golpeaban sobre mi clítoris en cada embestida, en cada embestida conseguía subir un poco más mi excitación, a los pocos minutos conseguía un agradable orgasmo, las olas se ocuparon de apagar mis gemidos y chillidos. Tal como era tradición mía con esta polla negra de latex y en recuerdo al negrazo que tenía una igual, tenía que conseguir dos orgasmos sin sacarla. Por lo tanto una vez había disfrutado el primer orgasmo sin sacarme el aparato del coño, volví a cabalgar sobre él para después de unos minutos volver a correrme. Era un placer masturbarme en un sitio como este, disfrutando de la soledad y tranquilidad de esta playa.

Una vez conseguí relajarme me di un baño refrescante, desde el agua me pareció ver un reflejo del Sol entre unas ramas próximas a la playa, al poco desapareció. Salía del agua para ver si había algo o alguien, pero en ese momento venía Oriol hacia el agua con las niñas, con lo cual me olvide del reflejo y estuvimos jugando en el agua durante un largo rato.

Al atardecer, mientras las niñas y Oriol jugaban haciendo castillos, yo me fui por la orilla hacia el otro lado de la playa, donde detrás de unas rocas había otra calita de unos 15 metros, no están a la vista una de la otra, hay que subir encima de las rocas para poder divisar las dos calas. Subí las rocas y bajé a la otra calita a tomar un baño y tocarme un poquito el coño, me estiré donde rompen las olas, y con el vaivén de las olas y mi mano empecé a masturbarme, las olas me arrastraban por la arena, haciendo rozar mis pezones con la arena, mientras con gran habilidad mis diestros dedos hacían un gran trabajo en mi clítoris, al cabo de unos minutos disfrutaba del tercer orgasmo del día entre ostensibles gemidos y chillidos, como es habitual en mi. Me quede sobre la arena mirando al cielo, mecida suavemente por las olas, disfrutando de la paja que me acababa de hacer.

Al poco oí detrás mio, a unos 25 metros, una rama romperse. Me levanté y al darme la vuelta volví a oir otras ramas romperse, pero no vi a nadie. Era extraño normalmente nunca hay nadie por aquí, pero después del reflejo de hace unas horas, y los ruidos de ahora, empezaba a pensar que podría haber una persona que se dedicaba a espiarme. Por una parte, inicialmente me preocupó, pero después pensé que si llevaba todo el día por aquí, y no se había dejado ver, ni nos había hecho nada, casí seguro que sería un mirón que había llegado hasta aquí. Esta idea me excitó, en el fondo a mi me ha gustado exhibirme siempre. Por lo tanto no pensaba tomar ninguna medida, sino todo lo contrario, si teniamos un espectador, habría que intentar darle espectáculo. Volví al otro lado de las piedras, donde seguían jugando Oriol y las niñas, no dije nada al respecto.

Después de cenar, estuvimos un rato con las niñas jugando al lado del mar, había una noche cálida, la luna llena brillaba iluminando la playa, sólo se oía un ligero rumor del oleaje, los grillos, y en un momento dado oí un ruido de ramas. Sospeche que nuestro mirón ya había tomado posición, mi excitación aumento mojando mi entrepierna y endureciendo mis pezones.

Cogí la mano a Oriol, la puse en mi rajita que estaba toda mojada, y le dije al oido "acuesta a las niñas y te espero aquí mojadita para hacerte un trabajito". Oriol se puso manos a la obra y al momento se llevo a las niñas hacia la tienda para ponerlas a dormir. Yo entré con ellos para dar las buenas noches a mis hijas y de paso coger la polla negra de latex, para ir entonándome hasta que saliera Oriol de contar un cuento a las niñas. Al salir de la tienda le di un beso húmedo a Oriol a la vez que le enseñaba el pollón que llevaba en la mano, y le susurré al oido "te espero en la arena de la playa, no tardes".

Oriol tardaría unos diez minutos en salir, durante este tiempo yo podría darle un espectáculo porno al voyeur que debía estar por ahí cerca. Empecé lamiendo el enorme falo que me había traído para esperar a mi marido, la verdad estaba muy cachonda, hacía muchos años que no me exhibía, era como cuando iba a follar con mis antiguos novios a la vista de otra gente. Note que alguien se movía, en el lado contrario al de la tienda, por tanto Oriol no podía ser, quien fuera estaba convencida que ya se había dado cuenta que yo sabía que estaba allí, y que el espectáculo era para él.

Mi coño estaba palpitante, necesitaba polla, mis pezones a punto de explotar, continuaba lamiendo el negro falo, mientras lo introcía más y más en mi boca, mientras con la otra mano iba trabajándome el coño. Mi coño seguía pidiendo algo más grande que tragarse, mis dedos no eran suficiente. El enorme falo negro lubricado por mi salive empecé a metérmelo en el coño, poco a poco, disfrutando de cada centímetro, cuando ya lo tenía todo dentro y empezaba a coger un ritmo de mete-saca, hoy venir detrás mio a Oriol.

Oriol que debía estar un rato mirándome, venía con su pene en la mano, pajeándose. Al verme me dijo: "Podrías esperarme para empezar".

Yo le respondí: "estoy muy caliente, desde que llegamos esta mañana estoy muy excitada, y no te preocupes porque no te haya esperado. Ya sabes que no tengo nunca suficiente". Y seguí: "Venga comeme el coño, que hace mucho tiempo que no te lo comes". Hacía meses que no me comía el coño.

Oriol se empezó portando bien y a la vez que yo sacaba el falo de latex de mi coño, el se agachaba delante mio, metiéndo su cara entre mis piernas, yo estiré mi cuerpo hacia atrás, a la vez que para darle mas morbo a la situación, me llevaba la polla de latex a la boca y le lamia la punta. Cuando estaba pensando que iba a tener una buena comidad de coño, y con Oriol que casi no había empezado, se hecha hacia delante mediéndome su pequeña polla en el coño, poniéndose en la postura del misionero encima mio, diciéndome "cariño tienes el coño empapadísimo, tan mojado me da asco, y por mucho que me esfuerce no lo voy a mojar más". A todo esto empezó a follarme de la forma más tradicional que hay, encima mio, con ritmo bajo, no notaba su polla, ya que al ser pequeña (hacía un momento me acababa de sacar el falo de latex, que viene a ser el doble de larga y gorda que la de Oriol), por lo tanto no estaba gozando nada del polvo, solo me mantenía algo excitada el saber que estábamos siendo observados.

Oriol parecía estar disfrutando del polvo, al poco rato, salió de mi coño, y subiendo más arriba puso su pene en mi boca. El sabe que no me importa mamarle la polla, aunque también sabe que me gusta que me coma el coño, y no lo hace. A pesar de eso, le cogí la polla y en dos mamadas, contadas, se estaba corriendo parte en mi boca, parte en mis tetas. Oriol cayó a mi lado rendido, el gran polvo acabó siendo una mierda, que no me sació nada, al reves, me bajó la lívido un montón, se me acabaron las ganas de golpe.

Oriol se fue hacia la tienda, me dijo, que me esperaba dentro. Yo le dije que me iba a dar un bañito y que en un momento entraba en la tienda a dormir. Él se fue a la tienda y yo me metí en el agua, acabándome de limpiar los restos de su semen.

Al salir del agua, sospechando que todavía era espiada, me fui a por mi juguete, que se había quedado en la arena . Me puse mirando al mar, dando la espalda a mi supuesto mirón. Me senté sobre el falo, metiéndomelo en el coño, lista para cabalgarlo unos minutos hasta correrme un par de veces sobre él.

Cuando estaba empezando, sin oirlos llegar, cuatro hombres desnudos me cogieron por los brazos levantándome, amenazandome con una navaja en el cuello, se me escapó un chillido de pánico. Oriol salió al momento de la tienda para ver que me pasaba, ya que él no identificó este grito como los que yo emito al conseguir un orgasmo. Uno de los hombres me tenía inmovilizada, retorciéndome el brazo, a la vez que me amenazaba con un cuchillo en el cuello. Otro hombre que parecía llevar la voz cantante, se dirigió a Oriol diciéndole: "Si no quiere que su familia sufra ningún daño, quedese en esta playa con las niñas, y de aquí dos días le devolveremos a esta puta. En caso que no siga estas instrucciones, en vez de esta guarra nos llevaremos a las niñas". Mientras se dirigía a Oriol, no dejaba de sobarme las tetas y el coño, dejándo claro lo que pensaban hacer conmigo.

Se me llevaron con ellos, antes de irnos a Oriol le lanzaron un último mensaje "le daremos a esta guarra lo que necesita, hemos visto que va muy necesitada, y que tu no eres capaz de satisfacer sus necesidades, te la devolveremos satisfecha, salvo que prefiera quedarse follando con nosotros unos días más. Cuidado que os estaremos vigilando".

Me llevaron donde ellos estaban acampados, era cerca de nuestro campamento, escasamente 100 metros, durante el viaje, me llevaron a empujones y no dejaron de meterme mano. Yo tenía pánico, recordaba lo mal que lo pasé el día que me violaron, no sabía como acabaría esto, incluso corría riesgo mi vida. Tenían una tienda bastante grande de unos 4 metros de diámetro, la cual era una sola habitación. En medio de la tienda había un palo clavado en el suelo, de unos dos metros de alto y unos 20 cm. de diámetro, del cual colgaba una cadena de unos 6 metros de largo.

Eran cuatro hombres jóvenes, uno debía tener unos 20 años, y los otros 3 tendráin alrededor de 30 años. Tenían unos cuerpos deseables, debían hacer algún deporte como natación, o algo parecido, musculosos, depilados completamente, y con unas pollas de tamaño respetable, excepto el mas jovencito que tenía un aparato fuera de lo normal, en reposo asustaba y sobre todo era gordísima. Era más gorda que la polla de látex que yo usaba.

Me encadenaron al centro de la tienda, poniendo unas esposas en mi tobillo. El hombre que se había dirigido a Oriol, me dijo: "No tenemos intención de hacerte ningún daño, no tenemos intención de violarte, no te hemos traido aquí para pedir dinero por ti, desde que te vimos esta mañana nos hemos dado cuenta que eres una hembra muy necesitada de polla, y no es solución de contentarte con el impotente de tu marido, ni ir todo el día con una polla de latex negra metida en el coño. Por lo tanto hemos pensado que podíamos hacerte unos favores, dado que necesitas hombres de verdad, que te den vara, y que hagan que te corras con una polla de verdad. Posiblemente tu ahora preferirías volver para poder seguir masturbándote con la polla de latex, pero hemos decidido pensar por ti, y estarás aquí con nosotros un tiempo, para que goces como la perra que eres, y acabes pidiendo más polla".

"Como puedes observar los cuatro tenemos de sobras de lo que tú necesitas, uno solo podría satisfacerte, pero visto lo necesitada que vas, posiblemente puedas contentarnos a los cuatro. Como puedes observar estamos los cuatro muy bien dotados". Mientras me decía esto, cogió la polla de dos de los otros tipos, y empezó a masajearselas, para después, hacerlos agacharse a los dos delante de él y meterle su polla dura como un palo en sus bocas, alternando una boca con otra.

Resulta que mis secuestradores, eran unos salidos bisexuales u homosexuales, que lo único que querían era follar conmigo y pasarselo bien. Lo que estaba viendo me estaba poniendo caliente, yo esperaba poder aguantar sin follar con ellos, pero me lo iban a poner difícil, porque en el fondo estaba de acuerdo en casi todo lo que había dicho el muy maricón. Seguía metiendo de boca en boca su polla, y mirándome, mientras yo tirada en medio de la tienda, con el más joven de pie a mi lado, con su pedazo polla morcillona a medio metro mio.

Él que me estaba mirando me dijo, "no te apetece comerte la polla que tienes a tu lado", yo le hice un gesto de desaprovación, aunque la verdad es que ganas de probarla si que tenía. Siguió: "Cógela y nota como se endurece y lo grande y dura que és", yo seguí negando con la cabeza, y me chillo "te he dicho que la cojas y menéasela, que todos hemos visto que sabes hacerlo muy bien". Obedecí, cogí aquel pollón y empecé a menearlo, a cada sacudida crecía más, de forma que al poco rato era más grande de lo que había imaginado cuando estaba morcillona. El que dirigía el asunto me dijo: "A que es enorme, a ver con la mano cuando tardas en hacer que se corra. Empieza ya". El jovencito se estiró en el suelo boca arriba a mi lado, yo me puse de rodillas a su lado, y empecé a masturbarlo, como me habían retado a hacerlo rápido, imprimé todo el ritmo que fui capaz, con la única intención de hacer que se corriera. No había manera, como aguantaba, me dolía la mano de darle, yo a todo esto estaba mojadísima, me hubiera apetecido metérmela en el coño, pero aguanté. Cambié de mano y volví a coger ritmo, nunca una polla se había resistido a mis manos, parecía que empezaba a quedarle poco aguante. Para hacerle aguantar menos, opté ,sin pensar realmente donde estaba, a meterme el glande en la boca, pasándole la lengua, y propinándole mordiscos con los dientes, sin parar de darle con una mano, masajeándole los huevos con la otra. Como no acababa de correrse, utilicé un último truco, que hace correrse en esta situación a cualquier tío al momento, sin parar de pajearle y comerme lo que podía de su polla, le metí un dedo en el culo, aguantaba, le metí otro y empecé a metérselos y sacárselos, hasta que finalmente no aguantó más, se corrió con grandes espasmos, a la vez que sujetaba mi cabeza de forma que no podía sacar la polla de mi boca. Me tuve que comer toda su corrida, que no fue poca, era proporcional al trabajo que le había hecho y al tamaño de los huevos que tenía, que hacían justicia a la polla que tenía.

El que me estaba hablando se había corrido hacia rato en la boca de los otros dos, para después quedarse los tres mirándonos.

Al ver que la polla que acababa de corrersse en mi boca, seguía dura hice el gesto de sentarme sobre ella, para poder cabalgar un poco sobre ella, yo ya había perdido mi compostura, y mi ninfomanía había ganado.

No me dejaron meterme la polla en el coño, yo proteste, pero ellos buscban más morbo, y me dijeron: "Antes de follarte, te vamos a depilar el coño, es mucho más excitante el coño totalmente depilado, además con los pelitos podrías irritarte de tanto que vas a follar este fin de semana". Yo no había llevado nunca el coño totalmente depilado, antes de salir con Oriol no se llevaba, por lo tanto lo llevaba arregladito, pero no depilado totalmente, y una vez salía con Oriol, aunque lo había pensado, y se lo había comentado a Oriol, el siempre me dijo que no le gustaba totalmente depilado, y que donde hay pelo hay alegría. Ahora cuatro extraños me iban a depilar.

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Uno de ellos se hizo con una navaja y espuma de afeitar, y se puso manos a la obra. A la vez que me iba depilando, me iba tocando los labios vaginales, el clítoris, me estaba poniendo a 100, por supuesto me depiló también todos los pelitos que tenía alrededor del ano, a la vez que me metía un dedo en el culo. Estaba claro que después de unos 10 años, me iban a volver a dar por culo.

Me quedó muy bien el rasurado, me gustaba como había quedado, además me había dejado mojadísima y lista para empezar a follar con todos ellos.

Me soltaron y me dijeron que era libre de irme cuando quisiera, pero que si decidía quedarme iba a disfrutar como la zorra que era, que me pensaban dar mas caña de la que nunca me hubieran dado y quedaría completamente saciada de sexo. Por un momento pensé en irme, pero opté por quedarme y disfrutar de aquella propuesta desde hacía muchos años olvidada.

Estuvimos follando como perros en celo desde ese momento hasta el domingo por la mañana que me fui. Fui saciada por todos mis agujeros muchas veces, asistí a espectáculos homosexuales entre ellos, bisexuales conmigo. Entre las distintas formas sexuales que adoptamos, en una de ellas me pusieron un arnes con un pollón de latex negro como el que yo tengo, y pude encularlos a todos. En otra postura los cinco nos estábamos enculando a la vez, turnándonos el que tenía el culo vacío.

Cuando me desperté el domingo por la mañana, me fui a la tienda donde estaba mi familia, recogimos y volvimos a casa. Oriol no me preguntó detalles sobre lo que había pasado, yo tampoco le conté todo lo que pasó. Le conté que había follado con ellos, que no me habían violado, y que tenía intención de seguir practicando sexo con otras personas, que él no me satisfacía sexualmente.

Al final después de muchos cabreos, Oriol lo aceptó, es feliz viviendo conmigo, ha aceptado que es incapaz de satisfacerme sexualmente, y acepta que necesite sarisfacer mi sexualidad fuera de casa. Nuestra relación ha mejorado mucho, y lo último que me acaba de pedir es que desea asistir de voyeur a alguna de mis sesiones de sexo con otras personas, cosa que he aceptado ya que como ya sabéis, me da mucho morbo que me vean follando.

21.04.2017. u 11:58 • 1 KomentaraPrint#

Una polla enorme para mi novia

He tenido muchas novias, pero ninguna tan calentorra como Blanca, con la que vivo hace ya más de tres años. Nuestro primer año compartiendo piso fué un continuo recital de sexo, haciéndolo todos los días una o dos veces y de todas las maneras que se nos ocurrían, ya que ella nunca se cortaba cuando yo le proponía algo para nosotros nuevo como darle por el culo, correrme en su boca y que ella se lo tragase todo, o que me pajease con sus grandes tetas hasta pringárselas de semen. Blanca tiene las tetas grandes, y aún le destacan más por estar delgada y tener las piernas muy largas, pese a no ser demasiado alta. Con 28 años aún tiene carita de chiquilla, pero con unos deliciosos labios carnosos cuya habilidad para la succión se presupone al primer vistazo.

En fin, que tras ese primer año de desenfreno, y como suele pasar, caimos en una etapa de monotonía que duró varios meses y en la que se empezaron a espaciar nuestros polvos, hasta que Blanca lo solucionó ideando juegos eróticos que cada vez iban subiendo más y más de nivel. El primero que recuerdo fué el de salír a pasear siguiéndola yo a varios metros de distancia, llevando ella falditas diminutas, tops escotadísimos o vestiditos tan diminutos como escotados, siempre sin nada de ropa interior.

Yo me ponía a cien viendo como casi todos los tíos con los que se cruzaba miraban sus tetas asomando por el escote, y se giraban a contemplar si su culito hacía honor a las largas piernas que habían visto por delante; aunque lo mejor era oír las guarradas que algunos le decían, en especial cuando Blanca se agachaba simulando mirar algo en un escaparate o recoger algo del suelo, y dejaba a la vista sus nalgas y su rajita totalmente depilada. Al volver a casa ella siempre subía la escalera delante de mí, balanceando su culito respingón, y yo no solía pensármelo demasiado al ver su coñito empapado tan cerca de mi cara, y me la follaba en cualquier rellano con el morbo añadido de que nos pillase algún vecino.

Así que sus juegos exhibicionistas dieron fruto, y cada día ideaba algo nuevo con lo que ponernos calentísimos, como aquella semana que le dió por salír a tender la ropa llevando puesto tan sólo un tanga, cosa que quedó no solo en mi memoria sino también en la de varios vecinos a partír de entonces mas amables que nunca, o una temporada en la que se paseaba por casa siempre desnuda, con tan sólo unos zapatos de tacones altísimos y un pequeño delantal cuando fregaba los platos o limpiaba el polvo. La verdad es que yo cada día iba más caliente, y deseaba salír cuanto antes del trabajo para llegar a casa y ver que nueva sorpresita había preparado, antes de meterle un par de buenos polvos, aunque en realidad era Blanca quien cada vez necesitaba más y más sexo.

Una tarde al llegar a casa la encontré estirada en la mesa, llevando puesta una faldita plisada a cuadros de colegiala y una camisa blanca desabotonada, totalmente abierta de piernas y pasándose por la rajita un enorme vibrador que imitaba, con todas sus venas, un pollón de más de un palmo. Me acerqué a ella trempando por momentos, y con la sana intención de mandar al carajo la polla de látex para sustituirla de inmediato por la mía, pero ella tenía otros planes y me dijo, poniendo una cara de vicio alucinante, que había sido una niña mala y que su profe la estaba castigando. Supuse que con "el profe" se refería al pollón de goma y, dispuesto a seguirle el juego, acerqué una silla y me senté a su lado diciéndole que quería ver como le daban su justo castigo. Blanca sonrió sacando la lengua y acercándose el vibrador a la boca comenzó a lamerlo primero y a mamarlo después. Luego se lo pasó un par de veces por la rajita, sin dejar de mirarme a los ojos, y soltando un largo gemido se lo fué metiendo en el coño muy lentamente, hasta hacerlo desaparecer por completo. Yo ya tenía el rabo a punto de explotar, alucinando al ver que todo aquel enorme pollón falso entraba y salía de su coñito con un ritmo cada vez más rápido. Ella jadeaba diciéndome que el profe le estaba dando mucho gusto, pero que le hacía un poco de daño al tener la polla tan grande, y que si no quería ayudarla mojándola aún más con mi lengua. Sin pensarlo, me puse a lamerle el clítoris mientras Blanca bombeaba cada vez con más fuerza en su coño con el pollón de latex, hasta que entre convulsiones y alaridos se corrió largamente.

Tras unos segundos inmóvil, excepto las convulsiones que tenía, se dispuso a sacarse el vibrador pero yo se lo impedí sujetándole la mano, y mientras le decía que no había sido castigo suficiente me subí a la mesa, ya con mi rabo bien tieso al aire, y poniéndome entre sus piernas comencé a metérsela en el culo, que noté apretadísimo al tener el coño abarrotado con el vibrador. Blanca, con cara de sorpresa primero y de vicio supremo después, volvió a a iniciar su concierto de jadeos y a bombear con el vibrador al mismo ritmo que yo la iba enculando, hasta que se volvió a correr poco antes de que yo le llenase el culo de semen.

Tanto nos había gustado el nuevo juego que lo fuímos repitiendo todos los días, y Blanca comenzó a fantasear con que el vibrador era primero actores o cantantes famosos, hasta ser conocidos nuestros o alguno de sus ex novios. Llegado a ese punto, la verdad es que al principio hasta me entraron celos; pero sólo era un juego y nuestros polvos comenzaban a ser ya como para incluír en los libros de texto, así que dejé de pensar en ello y me dedique tan sólo a disfrutar como un enano.

Aunque cuando empezó a repetirse la fantasía de que el pollón de goma era Marc, un compañero de trabajo de ella con el que había estado liada antes de conocernos, algunas alarmas empezaron a sonar dentro de mi cabeza. El tal Marc había sido, según Blanca me contó en su día, el mejor amante que habia tenido (hasta que llegué yo, claro está), y el tio mejor dotado con el que había follado.

Así que cuando un día me dijo que a Marc lo ascendían en su trabajo a jefe de comerciales de una delegación en otra provincia, y que como despedida lo había invitado a cenar ése sábado en nuestra casa, comencé a temerme lo peor. Esa semana me comí tanto los sesos que fuí incapaz de volver a jugar con ella y su vibrador, lo cual fué contraproducente ya que Blanca se había acostumbrado a una buena ración de polla diaria, y llegado el sábado iba a estar muy necesitada de sexo. Pero no pensé en eso, no.

Contaré lo que ocurrió: Nos pasamos la mañana entera limpiando el piso y yo, pese a no dejar de pensar en preguntarle cuales eran sus intenciones, no lo hice por temor a tener la respuesta que menos quería escuchar. Por la tarde, Blanca se metió en el baño para arreglarse, y yo me dedique a preparar la cena, cada vez más preocupado. A eso de las siete, sonó el timbre y cuando abrí la puerta me encontré con el tan famoso Marc, un tipo bastante alto, moreno, y de esos de eterna sonrisa en la boca. Le dije que Blanca estaba poniéndose guapa, y que se viniese conmigo a la cocina, donde podría hacerme compañía mientras se tomaba una cerveza, y así lo hicimos. El muchacho tenía un palique asombroso, por eso era comercial, y estuvo dándome conversación un buen rato hasta que Blanca apareció en la puerta de la cocina, llevando un vestido rojo muy corto y ceñido, y con un enorme escote del que parecía que sus grandes tetas iban a salír disparadas en cualquier momento. Unos zapatos de tacón de aguja y un maquillaje de reina del porno completaban su atuendo, y tentado estuve de pasar de que estuviera su amigo delante y follármela allí mismo contra la pared, pero cuando ví como él la miraba, comprendí que estaba pensando exactamente lo mismo que yo. Blanca se lanzó hacia él, abrazándolo por el cuello mientras le estampaba dos sonoros besos, y Marc la abrazó por la cintura apretándola contra él con tantas ganas que pensé que los melones de mi novia le iban a salír por la espalda. Tras eso, se fueron hacia el salón, dejándome solo en la cocina tan excitado como cabreado.

La cena fué un diálogo entre ellos dos, en el que apenas pude participar, y en la que cayeron dos botellas de un rioja con el que el sonriente Marc no paraba de brindar a la salud de la belleza de mi novia, a la que no dejó ni un sólo momento de alabar ni de mirarle las tetas, cada vez con menos disimulo. Ella le reía todas las gracias, achispada por tanto vino, e incluso hubo un momento en el que se carcajeó con tantas ganas que se le salió un pezón del escote, viendo yo con toda incredulidad como era Marc quien se lo metía de nuevo en el vestido, sin que Blanca protestase o se molestase. A punto del mosqueo, me levanté para ir a hacer café dejándolos a ellos hablando otra vez de viejos tiempos, justo aquellos en los que habían estado liados.

Cuando pocos minutos después regresé al comedor, me quedé de piedra: Blanca estaba de pie con la parte superior del vestido enrollada en su cintura, mientras Marc le sobaba a gusto las tetas aún sentado frente a ella. Cuando pregunté, casi gritando, qué coño estaba pasando, mi novia me dijo muy sonriente:

-Mira, cariño, Marc dice que aún tengo las tetas tan duras como cuando salía con el!

Sin darme tiempo a decír nada, y haciéndome flipar aún más, Marc le dijo que tenía las tetas más bonitas del mundo y acto seguido comenzó a lamerle los pezones mientras se las estrujaba a conciencia. Como un gilipollas estaba yo, de pie y con una bandeja de café en las manos, mirando como un tio le chupaba las tetas a mi novia en toda mi cara, mientras ella respiraba cada vez más sonoramente, mirándome a los ojos y sonriendo. Como en un sueño, ví como aquel tio metía una de sus manos entre las piernas de mi chica y empezaba a pajearla y yo, que no sabía si liarme a palos, ponerme a chillar, quedarme o irme, dejé la bandeja sobre el equipo de música y me iba a acercar a ellos cuando Blanca le dijo jadeando:

-Enséñale a mi novio esa polla tan grande que tienes, y que tantas veces me ha hecho correrme..

Las piernas me temblaban y la cabeza me daba vueltas, pero no podía dejar de mirar aquello: Marc me miró sonriente, hizo que ella se sentase mientras él se ponia de pie, se soltó primero el cinturon y luego los pantalones, y a pocos centímetros de la cara de mi novia quedó una polla enorme con las venas perfectamente marcadas, que me recordó de inmediato al pollón de latex con el que tantas veces habíamos jugado. Tras constatar esto hube de sentarme, no sin que antes viese como Blanca ponía una cara de guarra alucinante al ver junto a sus labios aquel brillante capullo, al que no tardó en dar lametones para después engullirlo por completo. Marc soltó un bufido y, sujetando por la cabeza a mi novia, comenzó a follarle la boca mientras ella empezaba a acariciarse el clítoris e incluso a meterse varios dedos en el coño. Yo estaba completamente paralizado en mi silla, viendo aquello y alucinando porque, pese a sentirme insultado, mi polla se estaba endureciendo cada vez más.

Cuando mi novia se la estaba mamando con más ganas, Marc la hizo separarse de él y girando una silla se sentó frente a mí y le dijo:

-Ven, Blanca, y enséñale a tu novio como trotas sobre mi polla. ¡Venga, bonita, que vea lo mucho que te gusta mi rabo!

Ella no dejó de mirarme ni de sonreír, ni mientras se desnudaba ni cuando se sentó sobre él, metiendose poco a poco todo su pollón en el coño. Cuando quedó sentada sobre sus cojones, Marc la sujetó por los hombros y tiró hacia abajo, haciéndola gemir largamente. Yo me sentía tan humillado como excitado, pero en cuanto mi novia comenzó a rotar las caderas, completamente relleno su coño con una polla que no era la mía, mirándome con los ojos entrecerrados y pasándose la lengua por los labios, comencé a notar como mi rabo palpitaba ya dolorosamente endurecido. Me estaba excitando más que nunca viendo como mi novia, apoyada en las rodillas de Marc, trotaba jadeante y sonriente sobre su enorme polla mientras él le estrujaba las enormes tetas, resoplando como un toro y gritando frases del estilo:

-Muy bien, preciosa! ¡Que tu novio vea bien como te follo!

y ella añadía cosas como:

-Si, si.... ¡Mira, cariño, como me llena el coño! ¡Y esta polla no es de plástico, ya verás la de leche que le voy a sacar!

Yo dudaba entre marcharme o sacármela y hacerme una paja, cuando ella comenzó a berrear mientras se corría, pocos segundos antes de que Marc lanzase un profundo bramido al vaciar sus cojones bien adentro del coño de mi novia, quien se quedó un rato ensartada sobre él mientras me iba diciendo:

-Que gustazo me da esta polla... Cariño, me ha llenado el coño de leche!... Ahora lo verás, espera....

Y, levantándose, se me acercó hasta quedar abierta de piernas frente a mí, que estaba con la polla a punto de reventar, viendo como de su coñito tremendamente dilatado iban saliendo goterones de esperma que se estiraban en hilos antes de caer al suelo, o de pegarse en el interior de sus muslos desde donde comenzaban a chorrearle piernas abajo. Tan excitado estaba que, sin saber porqué, me incorporé y le estampé un morreo bestial sujetándola por la nuca y estrujándole una teta sin ningún tipo de control. Blanca se separó de mí echándose a reír, se sentó en el suelo entre las piernas de Marc, que me miraba con una sonrisa de oreja a oreja, y mientras le sujetaba y lamía el tremendo pollón empapado de semen, que aún no había perdido apenas dureza, comenzó a decirme:

-Verás, cariño... a Marc hace ya algunos meses que le ascendieron. Nos fuimos a tomar unas copas para celebrarlo, y una cosa llevó a la otra, hasta que me encontré en su casa volviendo a tener su tremenda polla dentro de mi coño. Y como le trasladaron y echaba de menos que me follase, compré ese vibrador casi igualito a su polla... aunque, como ves, no sirvió de mucho y en cuanto ha vuelto por aquí de visita, he necesitado que me volviese a follar. Pero como no quiero seguír ocultándote nada, le he dicho que hoy lo haríamos delante de tí ¡Y a él le ha encantado la idea!

Yo hubiese intentado parecer todo lo digno que me fuese posible, dentro de mi situación, pero el hecho de estar de pié frente a mi novia con una erección más que evidente, después de haberle visto el coño chorreando un semen que no era mío, y estando ella tirada entre las patas de un tío hablándome mientras le lamía su pollón de palmo y pico, de nuevo en pie de guerra, no me dejaba pensar en nada más que en follármela de inmediato. Así que me acerqué hacia ella sacándome la polla de los pantalones y dispuesto a metérsela en la boca, pero Blanca comenzó a reirse en cuanto la tuvo cerca de los labios, y sujetándomela con fuerza me dió dos lenguetazos en el capullo antes de decirme:

-Te ha encantado ver como me follaban, ¿verdad cariño?... ¡Tienes la polla a punto de reventar, cabronazo! ¿Quieres ver aún mas cosas?... Pues prepárate, porque el espectáculo no ha hecho más que comenzar!

Y arrodillándose, mi novia rodeó con sus enormes tetas el tremendo pollón de su amigo comenzando a pajearle con ellas, hasta que consiguió que estuviese aún más duro que al principio, y entonces se levantó diciéndome con una expresión de puta en la cara que jamás yo le había visto:

-Ven, cariño, que quiero que veas como Marc me folla en nuestra cama hasta reventarme... No querrás perdértelo, ¿verdad?

Yo intentaba pensar alguna respuesta cuando mi novia se abrazó a su amigo estampándole un morreo bestial, y él la levantó en vilo, se la encajó a horcajadas en la cintura metiéndole todo el pollón hasta el fondo de su coño, y así la llevo hasta nuestro dormitorio, conmigo siguiéndoles con la polla fuera de los pantalones, y a punto de correrme sin casi haberme siquiera tocado.

En cuanto entraron en nuestra habitación se separaron, Blanca se arrodilló ante él y antes de engullir su tremenda polla me dijo:

-Mira: esto es una garganta profunda de verdad. Te la dedico, cariño.

y lentamente fué tragando rabo hasta que sus labios tocaron a un tiempo el pubis y los cojones de aquel tio, quien la sujetó por la nuca y la barbilla, empezando a follarle la boca con furia. A Blanca le daban arcadas, pero no por ello dejaba de mirarme, de sonreír ni de mamar.

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Ya no podía más, así que casi inconscientemente me ví pajeándome delante de mi novia, mientras ella se dejaba follar la boca salvajemente, pero en cuanto comencé ella se separó de su amigo y acercándome su boca abierta al rabo, me preguntó si quería que me la chupase. Antes de que le respondiera se puso en pié, me besó en la boca, y tumbándose en la cama con las piernas totalmente abiertas, sujetándose las rodillas contra los hombros, me dijo:

-¿Sabes qué, amor mío? ¡Me daría muchísimo morbo ver como te pajeas mirando como este cabrón me folla con todas sus ganas!

Y Marc me miró a los ojos sonriente, se tumbó en mi cama entre las piernas de mi novia, y de un solo golpe de riñones le metió toda su enorme polla en el coño, comenzando a follarla como si quisiera reventarla, mientras yo me iba pajeando frenéticamente mirando aquel espectáculo, que hasta hacía unas pocas horas me hubiese parecido inconcebible. Blanca no dejaba de mirarme berreando como si la matasen, pidiendo más y más, Marc jadeaba casi a gritos follándose a mi novia con todas sus ganas, y la cama chirriaba y golpeaba en la pared como si se fuese a desmontar de un momento a otro, cuando de mi polla comenzaron a salír chorros de semen, en la que me pareció la paja más gloriosa que jamás me había hecho en la vida. Blanca, al ver aquello, me gritó con la voz entrecortada, jadeando mientras se corría ella tambien:

-Muy bien, cariño! ¡Córrete haciéndote un paja mirando como se follan a tu novia!

y mientras ella convulsionaba orgasmando, Marc le sacó todo el pollón del coño y acercándoselo a la cara comenzó a soltar espesos chorros de semen que se pegaron en el pelo de mi novia, y le regaron las mejillas, la nariz, e incluso alguno cayó dentro de su boca, que ella abría a tope y sacando la lengua.

Tras eso, Blanca se quedó tumbada en la cama, sudorosa y con la cara rociada de lefa, relamiendo los cuajarones que le cubrían los labios mientras me miraba sonriente, y su amigo se echó a su lado, jadeando sudoroso y con una expresión de triunfo en la mirada que me clavaba, que me hizo salír de golpe del extraño sopor en el que me encontraba, y tomar conciencia de la situación. Allí estaba yo, de pié frente a mi cama, con la polla en la mano aún goteando la leche que había derramado haciendome una paja, mientras miraba con total excitación como un desconocido se follaba salvajemente a la puta de mi novia. Comencé a cabrearme profundamente, sintiendo una casi dolorosa rabia, tanto por que Blanca se hubiese atrevido a ponerme los cuernos ante mis narices, como porque eso me hubiese excitado tantísimo. Iba a decirle que era una guarra, una zorra, e incluso me pasaba por la cabeza escupirle, cuando ella se echó a reír casi a carcajadas y me dijo, comenzando a acariciar la enorme polla aún semierecta de Marc ladeada sobre su ingle, mientras él se sacaba una mano de debajo de la cabeza para manosearle las tetas:

- No me digas que ahora te entra el mosqueo! Venga, cariño, reconoce que te ha encantado ver como me follaba Marc! Mira al suelo, y verás el lecharazo que has sacado mirándome... Pero dime: ¿que te ha gustado más? ¿Ver como me comía esta polla tan grande, o cuando la tenía toda dentro del coño, llenándomelo de leche hasta el útero?... ¿O quizás lo que más te ha gustado ha sido ver como me regaba la cara de esperma?... No me respondas aún, cariño, ni te guardes la polla, que todavía te queda bastante que mirar!

Sus palabras me habían vuelto a paralizar, y ni siquiera acertaba a pensar algo para responder. Tan sólo me quedé mirando como Blanca pajeaba suavemente el tronco de su amigo, mientras le lamía los cojones con toda la lengua fuera de la boca, sonriendo y con una mirada de puta calentorra clavada en mis ojos. Luego se metió el gordo capullo en la boca, succionándolo como si fuese un chupete, y fué alternando sus manitas y sus tetazas para pajear el tremendo pollón, que ya comenzaba a endurecerse de nuevo aunque no tán rápido como mi polla, que volvía a estar de nuevo dura como una piedra.

Sin dejar de chuparle el rabo, mi novia se sentó a horcajadas sobre la cara de Marc, quien sujetándole con sus manazas las pequeñas y duras nalgas, se las mantuvo bien separadas para lamerle el agujerito del culo. Blanca jadeaba, cerraba los ojos y los volvia a abrír para mirarme a la cara justo antes de engullír la enorme polla, que se sacaba de la boca dejándola llena de babas, y Marc le tenía metidos cuatro dedos en el culo, cuando ella se separó de él gateando por la cama, acercándose a mí y diciéndome:

-Ves como te encanta, cariño?: vuelves a tener la polla a tope!.. Venga, díme lo mucho que te gusta mirar mientras me follan, dime que era ésto en lo que soñabas cuando jugábamos con el vibrador!

Y yo, sin poder pensar en nada más que en lo excitadísimo que volvía a estar, viéndola a ella a cuatro patas ante mí con sus enorme tetas balanceándose, mientras Marc le echaba un salivazo en el culo y comenzaba a frotar su enorme polla, que esta vez me pareció más grande que antes, por su ano a punto de follárselo, me sorprendí contestándole que era verdad, y que siempre había deseado tener el morbo de ver como se la follaba otro tío.

Blanca me miró sonriendo satisfecha, y me dijo con una voz que aún me excitó más:

-Me encanta que te guste y que lo reconozcas , porque a partír de hoy vas a tener que verlo bastante a menudo ... Ahora prepárate para ver como Marc me rompe el culo con su pedazo de polla!... Venga, cariño, déjame ver como te pajeas y te corres mirando como le dan por el culo a tu mujercita!

Apenas acabó la última palabra, que Marc la sujetó por las caderas y comenzó a meterle poco a poco el pollón dentro del culo. Mi novia jadeaba y rebufaba, mordiendo las sábanas pero pidiéndole que se la follase bien fuerte, hasta que él consiguió enterrársela toda y, tras un instante quieto, empezó a encularla con furia sacandole casi por completo el rabo para después clavárselo todo entero en el culo a una velocidad de vértigo. Yo volvía a hacerme una paja, frenético del todo, alucinado al ver como aquel pollón enorme entraba cada vez con más facilidad en el culo de mi novia, que berreaba como una cerda pero sin dejar de pedír más y más fuerte, viendo sus enormes tetas balancearse de tal manera que parecía que iban a salirle volando, y escuchando a Marc decírle entre jadeos lo mucho que había deseado siempre follarle por el culo, a lo que ella contestaba que no parase hasta dejárselo bien relleno de leche.

Estaba a punto de correrme cuando Marc sujetó a mi novia por el pelo, tirando de él hacia sí, haciéndola arquearse y clavándole por completo todo el pollón, y me dijo:

-Mira, colega, como le rompo el culo a tu chica! Y ahora me voy a correr dentro de ella, mira, mira como le lleno el culo con mi lefa!!

Y bramando comenzó a correrse manteniendo a mi novia fijada a su polla, quien me miró a los ojos y con una expresión de puta increíble me dijo casi aullando:

-Míralo, cariño, míralo como vacia sus huevos dentro de mi culito! Y ahora córrete tú tambien: pajéate mirando como se me folla, y enséñame como derramas tu leche, cabronazo!

No aguanté más, y de mi polla comenzaron a borbotear chorros de semen que iban directos al suelo. Blanca lo miraba y se reía, teniendo aún a su amigo clavado en su culo recuperando la respiración, y casi entre carcajadas me dijo que aquello me tocaría fregarlo a mí.

Poco después salimos todos de la habitación para tomarnos el café que aún nos esperaba sobre el equipo de música. Ya en frío, y sentado en la mesa entre mi novia sudorosa, desnuda y con el pelo y la cara aún mojados de semen, y el tipo que había estado follándosela con todas sus ganas ante mis narices, empezó de nuevo a entrarme el cabreo más absoluto. Pero no llegué a decír nada, puesto que Blanca, al notar mi creciente enfado, me dejó las cosas muy claras: dijo que me quiere mucho, y que conmigo disfruta una barbaridad... pero que también necesita que Marc y su tremenda polla le den caña de vez en cuando. Que si lo aceptaba, pues muy bien; pero que si me negaba a ello, quizás sería mejor que dejásemos lo nuestro.

Y podeís decirme lo que queraís, pero una chica que esté tan buena como Blanca y que sea tan complaciente a la hora de follar, me iba a ser casi imposible de encontrar... así que desde hace ya casi un año, Marc viene dos o tres veces al mes a follarse a mi novia mientras yo me pajeo mirando como se la tira, e incluso hemos llegado alguna vez a follárnosla entre los dos, y durante todos los otros días ella y yo follamos a cualquier hora como animales, aunque desde aquella noche en que su amigo vino invitado a cenar, que ya no practicamos ningún juego erótico más. Porque, la verdad, ya no los necesitamos para nada.

21.04.2017. u 11:47 • 0 KomentaraPrint#

En el metro con Mar

Este relato va dedicado a una increíble escritora de relatos. Mar del Sur. Ella ha sabido como pocos llevarme al punto de excitación mas alto que se pueda alcanzar al leer una de estas historias. Espero que pronto siga enviando algunas mas. Lean si no "en el metro" y me entenderan.

Eran las once de la mañana aproximadamente cuando entre en aquel vagón de metro repleto de gente. Ufff. Tenía examen esa tarde. Con mucho calor y nervios me dedique a intentar buscar un maldito hueco en él. Desde luego era evidente que me había levantado con el pie izquierdo. Odio el comienzo del verano. Pensando en como lo iba hacer para salir airoso de la prueba de por la tarde me coloque en la parte opuesta a las puertas. Es decir, en lo que serían las otras de enfrente. Sigue entrando gente en el tren. Los cuerpos empiezan a moldearse como si fueran sardinas maceradas en una lata. He de reconocer que nunca me gustó esta sensación de agobio . Sorprendentemente algo llama estrepitosamente mi atención. Se trata de un olor. Más bien un aroma. Si, eso es, es un perfume de la chica que tengo justo delante de mí. Creo morir al sentir esa mezcla de perfume con clase, que no caro, y perfume corporal que desprende. Es raro, pues en estas situaciones lo lógico es que el único olor que uno pueda percibir es el de la humanidad exhalada de un vagón repleto de desconocidos. Me fijo en ella. No puedo verle el rostro pero si observar su pelo negro. Se deja caer ligeramente por la espalda y noto como mi barbilla acaricia la parte superior de su cabeza. Es un poco más baja que yo, delgada, y viendo lo visto, muy sensual. Al menos lo que es su aroma y tacto capilar insinúan.

Comienzo a cerrar los ojos y a dejarme llevar por los movimientos del tren. Imagino estar con esta misteriosa señorita en un lugar un tanto más íntimo en el que poder poseer esa delicadeza y esas caderas.

Las yemas de mis dedos transmiten una sensación de excitación enorme a mi cerebro. Estan acariciando sus muslos por encima de la falda. Este acto inconsciente no responde a ningún impulso premeditado, sino que obedece a mi líbido que es la que manda.

La tela de su falda es muy ligera, muy suave . ¿Dije antes que odiaba el comienzo del verano?ummhh lo retiro. Puedo sentir alrededor de mis dedos cada mm de su piel que tiene en esos momentos una temperatura templada. Es realmente suave, esto comienza a provocarme una tremenda incomodidad en mis vaqueros. Siento como mi entrepierna sufre una repentina alteración formándose un generoso bulto justo por debajo de la cremallera. Al estar los pantalones muy ajustados me encuentro con el problema de la incomodidad. Los extremos de mis dedos.. comienzan a subir a y a bajar recorriendo la superficie de la falda, y ayudándola a que la tela ceda ante su conquista. Noto su ropa interior bajo la tela, imagino como será y como quitársela.No pienso en si ella se va a molestar o no. Mi imaginación me obliga a pensar que esta disfrutando y esta en el mismo punto de ebullición que en el que estoy yo.

Siento como mueve la cabeza volteándola un poco hacia atrás buscando mi complicidad. Decido seguir a lo mio sin encuentro visual de nuestras miradas. Aun así la observo su carita. DIOS MIO! Es realmente bonita. Sus labios me indican con su posición que siga y su mirada lleva la afirmación y la aprobación implícitas. Consigo acariciar su piel. Si la tela era suave sus muslos ni mentarlos. Ya no son solo mis dedos sino la palma de mi mano la que se planta en la superficie de su no ya tan templada piel. Siento que se mueve hacía adelante . Le ha gustado. Voltea su cabeza hacia un lado como si me quisiera hacer saber que esta a mi entera disposición. Siento bajo mis slips cierta humedad de unas gotas que emergen de la sonrorosada cabeza de mi pene, las primeras gotas de semen. No me cabe el paquete en ellos por lo que noto mis piernas mojadas ligeramente.

Tengo uno de sus glúteos en mi mano . Lo moldeo. Acriciandolo lentamenete por encima de sus braguitas. El tacto me hace ver que son muy finas. Muy sexys.

Mi respiración se hace mas intensa soltando un suspiro sordo pero cargado de aire caliente. Este acaricia su oreja desnuda en su cabeza inclinada. Te deseo niña.

Te quiero hacer mia aquí mismo. Mis movimientos con mi mano sobre su culito aumentan en presión, rapidez y tensión.

Dos dedos deciden introducirse bajo la seda de la braguita mientras la palma continua esos movimientos circulatorios alrededor de sus glúteos. Me encanta agarrarlos. Acariciarlos suavemente. La temperatura aumenta considerablemente dentro de su ropa interior. De la mía no digo nada pues en esos momentos no pueden contener el miembro que deberían sujetar. Esta en estado salvaje . Actúa por sí mismo. Sólo desea a esta preciosidad de niña. Recorro la curva de su culito por dentro. Acarician mis yemas su dermis delicada y ardiente buscando algunos de esos puntos que tantas guerras han provocado. Haciendo círculos paso mi dedo por el agujerito de su culito. Dios mio. Lo quiero para mí. Hago círculos. Con el índice mientras otros dos dedos recorren toda la superficie de su entrepierna. Desde el culito haste el puvis. Hay una gran humedad en esa zona que se verá recompensada y relajada con un buen masaje de mis dos dedos.. Recorriendo por completo toda su rajita que se abre a mi paso. Introduzco uno de mis dedos mientras el otro s e dedica acariciar su pequeño bultito. Que a estas alturas de pequeño ya no tienen nada. Ella hace círculos con sus caderas para facilitarme el trabajo. Sus clítoris agradece la fricción con la yema de mi dedo que suavemente pasa a su alrededor dibujando circulos. El dedo que se encuentra en su interior entre y sale con facilidad de su vagina. Busco , muevo, entro, salgo, encuentro!, me humedezco, me altero, me vuelvo mas primitivo de lo que he sido en estos meses de relaciones con Maria. Me vuelves loco niña , me vuelves loco. Estamos llegando a la parada siguiente . Por favor que no se baje nadie. Quiero tener este hueco para mí y para ella. Tiene que ser mía.

Mientras mi pulgar, mas bien su cabecita esta en el interior de su culito. Es complicado que con una mano pueda uno acariciar el clítoris mientras con otros dos dedos se realiza una doble penetración, pero en este caso resultaba tremendamente sencillo. Ella se movía acoplándose a mis caricias pareja a los movimientos de mi mano.

Mis vaqueros negros se acercan a su muslo que siente la enorme erección que en mi ha provocado. Ella me mira. Con los ojos entre cerrados. Ahora si se juntan nuestras miradas. No me he dado cuenta. Las puertas se han abierto. La marabunta se dirige hacía afuera. Y ella sin dejar de clavar su mirada en mis ojos retira mi mano y se deja llevar por la marea humana que huye del vagón. Adiós princesa. Hasta pronto.

Sentado en la biblioteca no pude dejar de pensar en aquel aroma. Aquella mirada, aquella delicadeza salvaje. A la hora del examen estaba en casa de mi amiga Maria con los ojos cerrados. Mientras nos deleitábamos en la cama no dejaba de pensar en imaginarme es cabello negro que tanta pasión me había hecho derrochar esa mañana.

Menos cuarto. Uff. Estos minutos se que serán los mas largos de mi vida. Mis uñas piden ser mordidas con urgencia. ¿aparecera hoy?¿me recordara? Si, sera mia....

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21.04.2017. u 11:42 • 0 KomentaraPrint#

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